jueves, 14 de noviembre de 2013

DAÑOS A LA SALUD QUE PRODUCE LOS RECIDUOS HOSPITALARIOS

DAÑOS A LA SALUD QUE PRODUCEN LOS RESIDUOS HOSPITALARIOS

 



Los incineradores de residuos hospitalarios, como los de residuos industriales, liberan al medio ambiente compuestos denominados Productos de Combustión Incompleta (PICs) -entre los que se encuentran las dioxinas y los furanos-, metales pesados y residuos sin quemar (Costner, 1990).
Los incineradores de residuos también producen residuos...
Además de las emisiones de la chimenea, los incineradores de residuos producen cenizas y efluentes líquidos. En general, estos últimos no suelen ser tenidos en cuenta por quienes toman la decisión de permitir la instalación de un incinerador. 
Sin embargo, tanto las cenizas como los efluentes líquidos contienen compuestos tóxicos. De hecho, cuanto más eficientes son los filtros y dispositivos de control de  contaminación aérea, mayor es la concentración de tóxicos en los efluentes y cenizas (Costner, 1990). Este hecho suele ser olvidado; se cree que aún si fuera posible, bastaría sólo con controlar las emisiones aéreas, y no se presta debida atención a los nuevos residuos -cenizas y efluentes- creados por las plantas incineradoras.
Las dioxinas son compuestos persistentes y susceptibles de biomagnificación, es decir, sus concentraciones se van elevando hacia los "eslabones superiores" de la cadena alimentaria.
La Agencia de Protección del Medio Ambiente de los EE.UU. -USEPA- identificó el año pasado a los incineradores de residuos hospitalarios como la mayor fuente de emisión de compuestos del tipo dioxinas en ese país (USEPA, 1994).
Tal como expresan diversas investigaciones realizadas sobre trabajadores expuestos accidentalmente a dioxinas, éstas producen daños al sistema inmunitario, cambios en los niveles de algunas hormonas, mortalidad prenatal, problemas en el desarrollo de la inteligencia y alteraciones en el sistema reproductor. La USEPA define a las dioxinas como "cancerígeno humano probable" (Allsopp, 1994).
Por todas estas razones, las dioxinas se encuentran en el grupo de doce sustancias tóxicas y persistentes cuya eliminación progresiva fue acordada por los países miembros de las Naciones Unidas, en la Conferencia lntergubernamental para la Protección del Medio Ambiente Marino de la Contaminación Procedente de Fuentes Terrestres (Washington, 1995). Esta reunión fue convocada por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Metales Pesados Según la USEPA la incineración de residuos hospitalarios también libera al medio ambiente cantidades significativas de metales pesados, incluidos el plomo, el cadmio
y el mercurio. Más aún, los incineradores de residuos hospitalarios son la mayor fuente conocida de emisiones de mercurio en Estados Unidos (USEPA, 1995; USOTA, 1990).
Se sabe que los metales pesados como el cadmio, cromo, níquel, arsénico, berilio, plomo, mercurio y zinc se hallan presentes en los residuos de la incineración. Estos  metales causan lesiones neurológicas y pulmonares en los seres humanos (Costner, 1990). Se sospecha y/o conoce el efecto cancerígeno de los primeros cinco metales mencionados en este párrafo (Costner, 1990).
Muchos de los metales pesados tienen un efecto negativo sobre el sistema reproductor afectando la fertilidad humana o el desarrollo del embrión (Costner, 1990).
Mientras tanto, en la Argentina, las inversiones necesarias para instalar las incineradoras hacen que la única manera de recuperar rápidamente el capital  invertido sea a través de la instalación de plantas más que precarias, con dispositivos de control de la contaminación prácticamente inexistentes. La falta de controles por parte de las autoridades sumada al hecho de que un verdadero monitoreo supondría grandes gastos en capacitación, equipamiento y tecnología- gastos que los municipios no siempre están dispuestos o capacitados para hacer- conduce a incrementar enormemente los riesgos asociados a la instalación de incineradores en la Argentina, así como los márgenes de ganancia de las empresas incineradoras.
Según la USEPA, "los compuestos tipo dioxinas pueden generarse y liberarse al medio ambiente a partir de varios procesos de combustión cuando existe una fuente de cloro" (USEPA, 1994).
Un artículo de reciente publicación en la revista New Solutions y que hace referencia a otro aparecido en el Journal of the air Waste Management Association de EE.UU. en 1991, expresa que el aumento de los productos descartables empleados en los hospitales ha producido un incremento del consumo de papel. Como el papel suele ser blanqueado con cloro, la incineración de esos artículos también sería responsable de la emisión de dioxinas y furanos (Coppinger, 1996). Hay varias teorías acerca de cómo se forman las dioxinas en los incineradores, pero en todas existe claridad de que la condición mínima es la presencia de fuentes de cloro en el incinerador. Y estas fuentes son el PVC y también el papel (Coppinger, 1996).
A partir de los nuevos hallazgos en la atmósfera de EE.UU., la USEPA propuso nuevas regulaciones en ese país para reducir las emisiones de los incineradores. Sin embargo, estas medidas no eliminarán el problema asociado con las dioxinas dado que, aunque se redujeran las cantidades emitidas, aún seguiría habiendo emisiones (USEPA, 1995). Estas se agregarían a las fuentes ya existentes y elevarían todavía más los niveles ambientales actuales. Además, como se mencionó más arriba, una disminución de los niveles de emisión de dioxinas al aire no se refleja necesariamente en una reducción de la carga ambiental total de dioxinas, debido a que los dispositivos de control de la contaminación que la USEPA exigirá, apenas transferirán los contaminantes de los gases de la chimenea hacia las cenizas y los afluentes, que podrían ser destinados junto con la basura común o vertidos en los cursos de agua (USOTA, 1990).

En todo caso, el cumplimiento de la legislación en materia de incineración es absolutamente insuficiente ya que sólo se refiere a unos pocos parámetros y a valores máximos de emisión atmosférica. El cumplimiento de esa legislación no protege el medio ambiente ni la salud pública debido a que las dioxinas son compuestos que se bioacumulan y magnifican y la principal fuente de exposición a ellas es la vía alimentaria.

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